CORRUPCIÓN Y DOMINACIÓN COLONIAL
Se califica a América en el siglo XVII como una época de "sujeción laxa". En el Alto Perú nadie había ejercido la autoridad real como lo había hecho Francisco de Toledo en el siglo anterior. Se justificaban en la distancia, independencia y en el "obedezco pero no cumplo"; el desmantelamiento del fraude en la Casa de la Moneda de Potosí y la sucesiva mejora en la oferta monetaria significó una advertencia. Gran número de los beneficiarios de la gran devaluación no fueron los criollos, sino españoles que esperaban sacar partido y volver a casa. Si el gran fraude de la Casa de la Moneda de Potosí benefició a los mineros criollos y a los dueños de refinerías es discutible, pero de modo alguno representó la colisión de intereses entre criollos y españoles. Se complica la cosa más aún cuando incluimos en la historia a los oidores de Charcas desterrados por Nestares Marín, especialmente Luis Joseph Merlo de la Fuente y Pedro de Hazaña Solís y Palacio, quienes si tenían amplias redes sociales y profundas raíces en la tierra.
Quizás lo más interesante sobre el desmantelamiento del gran fraude fueron las negociaciones y la lucha por el poder, incluso cuando Rocha y Ramírez estaban a punto de ser ejecutados a principios de 1650. Hemos visto también cómo el visitador Blas Robles de Salcedo y sus predecesores fueron amenazados cuando estuvieron muy cerca de develar el fraude y cómo los virreyes, especialmente Mancera (pero también Chinchón), fallaron en darle curso. Incluso Nestares Marín, tan severo como era, llegó determinado a "componer" con los responsables del fraude, incluido Rocha. Los documentos sugieren que se vio forzado a llevar a cabo esas aterradoras ejecuciones debido a una mezcla de miedo por su vida personal y al apoyo insuficiente del Virrey Salvatierra. El Virrey desafiaba denodadamente la tarea del visitador para solucionar los problemas de la acuñación, precisamente en esos primeros meses de 1650. Las ejecuciones parecen haber sido una movida defensiva, así como un mensaje para el Virrey y los buenos ciudadanos de Potosí.
Dicho de otra manera, restaurar la acuñación potosina a un nivel de total pureza constituía un desafío aún mayor que eliminar a los grandes devaluadores. El Virrey Salvatierra y Nestares Marín se enfrentaron constantemente desde el inicio de la visita, amenazando cada uno la autoridad del otro. Además, el Consejo de Indias no dejaba de respaldar al visitador, humillando con frecuencia al Virrey. Salvatierra, a su vez, fue respaldado por el ensayador mayor del reino en Lima, Miguel de Rojas.
Es en la correspondencia entre 1650 y 1653 entre Salvatierra (Virrey), Rojas (Ensayador de Lima), Nestares Marín (Visitador de Potosi) y representantes del gremio azoguero de Potosí, se puede ver cuán limitado era el poder de la corona frente a los intereses económicos establecidos. Hubo un cambio de roles en el que Rojas y Salvatierra ahora representaban la justa y firme demanda del rey sobre que la moneda potosina recuperaran de inmediato el peso y la ley apropiados. Nestares Marín permanecía a la defensiva, presionado por los azogueros y los residuales mercaderes de la plata para hacer que la acuñación fuera rentable a pesar de la crisis minera. Entonces, la acuñación según la ley no era rentable en Potosí, en parte debido a la inflación de precios causada por la devaluación. Buscando una manera de salir de esa trampa y bajo una intensa presión para "abastecer la armada" con el tesoro, el compromiso de Nestares Marín consistió en permitir que la pureza de las primeras monedas "reformadas" cayera por debajo del nivel establecido por la ley. Estaban 6 "granos" por debajo del promedio (ca. 91% de plata versus 93%), y muchas veces también por debajo del peso. Ahora, el Virrey (respaldado por los ensayos "científicos" de Rojas sobre monedas aleatorias extraídas de Potosí) y varios Consejos en Madrid expresaron su disconformidad. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Es que acaso las elites locales habían corrompido al buen Visitador, al igual que el resto? ¿Por qué las monedas seguían devaluadas?
Hasta ahora no he encontrado evidencia de corrupción en Nestares Marín, a pesar de los cargos elevados en su contra por algunos enemigos. Lo que sucedió, en cambio, fue una significativa solución intermedia. Nestares Marín, siempre competente en la aritmética, les dejó en claro al Virrey, al ensayador oficial y a los consejos del rey que Potosí dejaría de producir plata a menos que se suspendiera un viejo impuesto. Se trataba del Cobos, un impuesto del 1,5% cargado al Quinto real. La suspensión del Cobos, que rigió en Potosí a lo largo del siglo XVII, fue una victoria para los azogueros. Los azogueros habían probado que la acuñación estaba enredado y confuso atada al grueso de la producción de plata, de manera que no podían separarse. El Virrey Salvatierra consideró la suspensión como una extorsión. ¿Constituía esta suspensión otra forma de corrupción, un "abuso" o un "exceso"? Quizás, pero parece más un pacto. La población a ambos lados del Atlántico habría de pagar, entre 1651 y 1652, un alto precio por este acuerdo, cuando el rey decretó que todas las monedas de Potosí de mediados de la década de 1640 hasta 1650 debían devaluarse o sacarse de circulación.
Reflexionando sobre el gran fraude de la Casa de la Moneda de Potosí y sus consecuencias, es necesario prestar atención a las prácticas "innovadoras" de la corona o a las novedades que permitieron abusos de diferente tipo. Éstas incluyeron la venta de oficios de tesorería y otros puestos reales al mayor postor ordenadas por el Conde Duque de Olivares en 1633 y la subcontratación de la acuñación de moneda en socios privados, los cuales realizaron a su vez otras subcontrataciones; ejemplo, Juan de Figueroa arrendó su puesto de Ensayador al platero Felipe Ramírez de Arellano. Otra variación de subcontratación era el amplio empleo de esclavos que respondían en última instancia solamente a sus amos, los Capataces. En el caso de mediados del siglo XVII en Potosí, los capataces eran casi todos corruptos. El acceso al flujo estable de esclavos desde África Occidental, permitió que el fraude creciera manteniendo su clandestinidad. El misterio radica en porqué la corona no intervino las Casas de la Moneda hasta la era de los Borbones.
Cuanto más examinamos los lazos que unen a los principales personajes del gran fraude de la Casa de la Moneda de Potosí, parece que una ambiciosa facción de extremeños, andaluces y manchegos buscaba desplazar a los poderosos vascos. Los miembros de esta facción cuasi étnica, que incluía a Rocha, el Corregidor y a varios de los jueces de la audiencia, parecieron ignorar la extrema gravedad de sus actos para avanzar en su causa negativa.
Nestares Marín parece haber continuado con las preferencias del anterior presidente de la audiencia, Juan de Lizarrazu, al favorecer a los azogueros establecidos y desconfiando de los comerciantes arribistas. Nestares Marín también levantó sospechas por tener preferencias "nacionalistas", ubicando a sus criados en puestos gubernamentales en Tucumán y los Lípez. Solo un gallego recién llegado, Antonio López de Quiroga, se ganó la voluntad del visitador para llenar el vacío de F. Gómez de la Rocha.
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